viernes, 1 de marzo de 2013

Oásis de fugas frías

     Se trata de un ecosistema que se sitúa a tales profundidades del fondo oceánico (más de 800 m de profundidad), que no le llegan los rayos del Sol, y por lo tanto, no depende de él para mantenerse. Pero entonces; ¿Qué es lo que utilizan los productores para que se pueda dar la vida?

     La respuesta está en el gas metano que emerge del fondo. La gran mayoría de los habitantes de estos oásis se encuentran en simbiosis con bacterias que utilizan el metano como fuente de materia y energía. Por eso estos microorganismos son la base del ecosistema.

    Fue descubierto en el golfo de México, en 1990. Los científicos se encontraron con algo que se asemejaba a una playa. De esta forma, lo que parecía arena era en realidad una gran cantidad de mejillones. La zona que no estaba cubierta por estos moluscos parecía ser más húmeda que el resto. La razón es que la concentración de sal era muy superior, aparentando ser el "mar" de la "playa" submarina.




      Muy cerca de allí, también se hallaron muchos gusanos tubícolas, que en lugar de estar en simbiosis con bacterias que aprobechan el metano, lo estaban con otras que usan los sulfuros como fuente para la quimiosíntesis (elaboración de la materia orgánica imprescindible para la vida, a partir de materia inorgánica, usando como fuente de energía aquella desprendida en las reacciones químicas).


    Esta proliferación de vida se conoce como oásis debido a que los fondos marinos están prácticamente desiertos, a excepción de casos como este. Desde mi punto de vista, me parece realmente sorprendente hasta que puntos tan extremos ha llegado la vida en nuestro planeta, y lo que aún queda por descubrir...

 

Fuente de imágenes e información: Documental The blue planet (Planeta azul), de la BBC.

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